Desde Perú, que es donde se extrae el mineral, hasta Francia, que es donde se refina, el plomo contamina la tierra, los ríos, los alimentos y a la población local.
A pesar de estar prohibido en numerosos productos, incluyendo combustibles, pinturas y la fabricación de tuberías, el plomo aún se utiliza con frecuencia para construir edificios, fabricar armas, joyería e incluso para las baterías.
En Évin-Malmaison, Francia, el plomo de las refinerías ha contaminado los patios de las escuelas, los estadios, parques y jardines. Los agricultores de la zona ya no ...
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