El joven Patch Adams no encajaba en la conservadora sociedad estadounidense de los años 40. Hasta que un día presenció el mítico discurso de Martin Luther King en Washington. Aquel “I have a dream” le cambió la vida y la perspectiva para siempre. Decidió que “nunca más volvería a tener un mal día”, y que a partir de entonces se enfocaría en el humor, la creatividad, la colaboración y el amor a los otros. A finales de los 60, mientras terminaba la carrera de Medicina, imaginó cómo sería su hospital perfecto en un modelo médico alternativo.
Patch ...
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