Juchitán, el municipio mexicano conocido como un centro de diversidad sexual, esconde casos de discriminación, abusos y brutales crímenes de sangre bajo la fachada de inclusión y tolerancia que se vende a los miles de turistas que acuden a la 'Vela Muxe', una fiesta gay que aporta cada año enormes beneficios económicos al ayuntamiento. Los llamados muxes, nacidos como hombres y que adoptan roles femeninos, nos desvelan cuánto de cierto tiene la imagen que se promociona.