Sin tapabocas obligatorio, sin confinamiento y sin cierre de restaurantes o escuelas. En Suecia, el Gobierno optó hasta noviembre por la autodisciplina para afrontar la pandemia. Las autoridades prefirieron centrarse en la responsabilidad individual, el distanciamiento social y la generalización del teletrabajo. Una estrategia aprobada por la mayoría, pero que hoy resulta insuficiente, ya que, aunque las cifras suecas son mejores que las del promedio europeo, el país ha reportado diez veces más muertes que Noruega y Finlandia, con medidas más estrictas.