En el periodo entre 1870 y el final de la Segunda Guerra Mundial, varios judíos franceses prominentes, pilares de una comunidad en conflicto, invirtieron sus fortunas en las iniciativas culturales de Francia, sacrificaron a sus hijos en el ejército del país y, en última instancia, fueron recompensados al ver sus colecciones saqueadas y sus familias deportadas a campos de concentración nazis.
En su último libro, el periodista James McAuley, corresponsal en París del diario The Washington Post y colaborador de New York Review of Books, explora el papel central ...
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