Ni España, ni Europa, habían visto en siglos un ejército tan formidable como el que abandona Sevilla el 11 de abril de 1491. Son más de 50.000 hombres de guerra. Nobles espléndidamente armados y montados, duros caballeros de la frontera acostumbrados a la guerra contra el moro, diestros ballesteros, ágiles arqueros, resueltos alabarderos y piqueros, arriesgados artilleros y hasta avezados arcabuceros y escopeteros… Algunos son soldados veteranos, otros son hidalgos y simples paisanos alistados en las milicias concejiles de un sinfín de ciudades y villas. ...
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