En el capítulo anterior, habíamos resumido la “conciencia desdichada” en esa experiencia que consiste en encontrarnos lo absoluto enfrente de nosotros, como una cosa sensible entre las cosas sensibles. En lugar de sentirnos englobados por una totalidad, nos vemos obligados a ir detrás de ella, sin saber muy bien hacia dónde. En el cristianismo, finalmente, encuentras a esa totalidad clavada en una cruz. Esta aventura, que es la esencia del cristianismo, es la esencia misma del amor. Romero y Julieta buscan desesperados “ser dos en uno”, fundirse en una ...
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