En el fondo del mar del Norte aún quedan restos de la segunda guerra mundial. Para que las playas de la isla de Wangerooge, en Frisia Oriental, estén siempre libres de municiones, deben escanearse minuciosamente.
André, Marcel y Patrick Warfsmann son buscadores de munición. Equipados con tecnología sensible, peinan centímetro a centímetro la fina arena de la playa de Wangerooge en busca de metales, que pueden ser peligrosos. Cuando encuentran algo, lo desentierran con cautela para ver si realmente se trata de antigua munición de guerra. Si es así, se procede ...
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