Rodolfo Dugarte Sánchez tiene un sueño. El joven maestro de los Andes venezolanos quiere que los niños del remoto pueblo de Las Plumas también aprendan a leer y escribir. Suele caminar casi cuatro horas para darles clase.
Antes de la pandemia de coronavirus, Rodolfo comenzó a construir una escuela. Desde entonces, no se ha avanzado nada. El Estado venezolano, golpeado por la crisis, no lo apoya ni con dinero ni con materiales. Tampoco el gobierno provincial de Mérida muestra mucho interés en los niños de las montañas.
Rodolfo nació y creció en el remoto ...
continua