Los deportes se tornan peligrosos cuando la búsqueda de una "emoción" se convierte en una adicción. Una y otra vez, los deportistas entran deliberadamente en la llamada zona marginal de la vida. No están cansados de la vida, al contrario: se enfrentan al miedo a la muerte para salir reforzados. Les encanta la sensación y buscan estados emocionales positivos e intensos en los que el tiempo se estira y la felicidad inunda el cuerpo en forma de hormonas.
Pero el precio es alto, especialmente en el deporte extremo del salto base. Aquí, uno de cada 60 saltos acaba ...
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