A los 13 años Maritxu empezaba a guardar todo lo que encontraba de mujeres y disidencias punkis, empezando así una pequeña biblioteca de referentes que iría creciendo en su casa, mientras ella también crecía. Nos dice que “le daba cariño”, al tiempo que cultivaba en ella la fuerza para en el futuro hacer “lo que le diese la gana”.
Ahora, viaja por todo el Estado Español y más allá porque, por su biblioteca de chavala, sabe que en cualquier ciudad ha habido una banda de mujeres punk. Ahora, toma de la mano a sus referentes para invitarlas a un té, ...
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