En el norte de Colombia, en la región de Bajo Cauca, a más de 180 millas al norte de Medellín, el paisaje está marcado por el agua y extensiones aparentemente interminables. Todos los días, los niños que viven allí enfrentan esta agreste y impredecible naturaleza, con un solo objetivo en mente: llegar a la escuela. Porque esta es su oportunidad de escapar de la pobreza y crear una vida mejor. Como Kendys, de diez años, y los demás niños escolares.
Para lograrlo, se exponen a una dosis diaria de peligro. Algunos de ellos deben cruzar un puente improvisado ...
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