La mente de Nazareth Castellanos se quedó prendada de la idea que “el padre de la neurociencia”, Santiago Ramón y Cajal, nos dejaba en sus investigaciones: “Todo hombre puede ser si se lo propone escultor de su propio cerebro”. Lo que bien podría entenderse como un juego entre la arcilla y su escultor: observar, moldear, construir y deconstruir. En este vídeo, la neurocientífica nos desvela algunos de sus grandes retos, y probablemente, uno de los enigmas de nuestro tiempo: comprender cómo tan solo “un kilo y poco” nos hace diferentes de cualquier ...
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