A Daniil Martýnov, participante en la operación militar especial rusa en Ucrania, los sucesos de hoy resuenan amargamente en su memoria. Por eso sabe mejor que nadie el precio de no erradicar un peligro a tiempo: lo que no haga él hoy, tendrán que hacerlo sus hijos mañana, y no en otro país, sino en el propio. Y el peligro, a juzgar por el rastro que dejan los enemigos en fuga, no es pequeño, ni pasajero, ni producto de las circunstancias, sino terrible, perdurable y deliberado.