La vida es, ante todo, movimiento. Eso al menos cree Anna Halprin, de 96 años, que hace 55 logró superar un tumor maligno a través del baile. Desde entonces imparte clases de danza a niños y adultos para mejorar su conexión con otros seres humanos, con la naturaleza y con la propia vida. Su filosofía es sencilla: moverse, moverse siempre siguiendo el ritmo de la naturaleza y siendo consciente de que la vida es movimiento permanente, es el camino hacia la verdadera salud.