Según cómo se cuente suena atroz, como una plaga bíblica: cada 17 años, en la mitad oriental de EU, miles de millones de cigarras eclosionan a la vez, arman un estrépito insoportable durante tres semanas con el fin de reproducirse y mueren. En realidad no es tan terrible: son inofensivas, el ecosistema se beneficia de ellas y hasta pueden servir de inspiración para ciertos artistas. Por no hablar de que, si te entra hambre, siempre puedes hacerte una brocheta de cigarras al horno.