Se dice que solo los niños, los borrachos y los locos dicen la verdad, evocando una nostalgia por verdades transparentes, libres de cálculos sociales, razonamientos y responsabilidades, es decir, carentes de una conciencia ética. Desde los antiguos relatos sobre el origen, como el de Adán y Eva, ya se advertía del dolor que conlleva la conciencia. De ahí surge la secreta envidia hacia los inocentes, la infancia y los animales. En tiempos de incertidumbre, surge la tentación de individuos y sociedades de recurrir a ese "lenguaje de la locura", desprovisto de ...
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