Fotografió a la mafia italiana a finales de los 50, convirtiéndose en la joven promesa de la agencia Magnum. Retrató la pobreza de niños que vivían a orillas del río Mapocho y capturó la espontánea cotidianidad de Valparaíso de la década de los 60. Hoy sus trabajos son considerados como valiosas piezas de arte y un significativo aporte para la reconstrucción de la memoria histórica. De pronto abandonó la fotografía periodística y se trasladó a Tulahuén, un pueblito al interior de Ovalle. Allí se volcó a la contemplación, al yoga y a la cruzada ...
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