El yo se ve zarandeado por los deseos inconscientes del Ello y por los deberes inconscientes del Superyó. Entre el Yo y sus actos, no sólo se localiza la libertad, sino también todo un sistema religioso al que obedecemos desplegando síntomas. Podemos estudiar el problema comparando los personajes libertinos del Marqués de Sade con los personajes de Dostoyevski, y en especial, de Raskolnikov, el protagonista de Crimen y castigo. El experimento de poner entre paréntesis cualquier consideración moral funciona en Sade, pero no en Dostoyevski. A modo de experimento ...
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